Hilma af Klint - Group IX/SUW, The Swan, No. 9, 1915

Hemos celebrado esta mañana el Foro Nueva Revista en la sede de la Universidad Villanueva. Nuestro invitado hoy era Pedro García Cuartango, y hemos dialogado, algunos de forma presencial, otros online, sobre su libro El enigma de Dios, publicado por Ediciones B en este 2025. Una reseña a su ensayo se puede leer aquí.

Me ha llamado la atención su honestidad en la exposición, su respeto hacia opciones diferentes y su atenta escucha cuando se le preguntaba. Él se define como agnóstico, pero uno en busca activa y permanente de la verdad que pueda completarle y que le saque de lo que él ha calificado como «angustia vital».

He tenido la suerte de poder conversar con García Cuartango una vez finalizado el foro. Me ha impresionado, de nuevo, que le interesaran dos puntos de vista míos que no han salido ni en su exposición ni en el debate. Primero, es más interesante aún el enigma de Jesucristo que el de Dios, porque si concluimos o creemos que Jesucristo es Dios, todo está resuelto. La ventaja de esa senda es que a continuación seguiremos a alguien de carne y hueso, no a una noción abstracta de Dios, del que, como decía Tomás de Aquino, sabemos sobre todo lo que no es, no lo que es. Segundo, le he aconsejado que lea el debate entre Russell y Copleston para que se dé cuenta de que no es tan fácil echar por tierra las pruebas sobre la existencia de Dios, del mismo Aquinate.


Autor: José Manuel Grau Navarro
Foto: Rhododendrites, dominio público vía Wikimedia Commons
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Categoría: Sociedad
Etiquetas: Dios, Jesucristo, Bertrand Russell, Frederick C. Copleston